En medio de crecientes tensiones geopolíticas en el Indo-Pacífico, el Reino Unido ha reiterado su respaldo al mantenimiento de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán.
Las autoridades británicas destacan su compromiso con el orden internacional basado en normas y la resolución pacífica de disputas, en consonancia con sus aliados y socios democráticos en la región.
El reciente pronunciamiento británico se produce tras una serie de ejercicios militares por parte de China en las cercanías de Taiwán y en medio de preocupaciones globales sobre la seguridad en Asia Oriental. Londres subraya que cualquier alteración unilateral del statu quo por la fuerza representa una amenaza no solo para Taiwán, sino también para la estabilidad regional.
“El Reino Unido continúa apoyando una solución pacífica de las diferencias en el estrecho de Taiwán, sin el uso ni la amenaza de la fuerza”, declaró un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores británico. La postura de Londres se alinea con la de otros miembros del G7, que en varias ocasiones han abogado por la paz y la estabilidad en el área, al tiempo que expresan su respaldo al sistema internacional basado en reglas.
El Reino Unido no reconoce formalmente a Taiwán como un estado independiente, pero mantiene una relación no oficial sólida con la isla en materia de comercio, tecnología y cooperación educativa. Esta postura ha sido clara desde la década de 1980, en cumplimiento con la política de “una sola China”, pero con un énfasis constante en los principios democráticos y el respeto a los derechos humanos.
En el contexto de su estrategia del Indo-Pacífico, presentada en 2021 y reforzada por la revisión de 2023, el Reino Unido ha intensificado su presencia diplomática, económica y de seguridad en la región. Esta estrategia busca diversificar sus relaciones tras la salida del país de la Unión Europea y reforzar alianzas estratégicas, especialmente con Japón, Corea del Sur y Australia. Además, el Reino Unido es parte del AUKUS, una alianza trilateral con Estados Unidos y Australia centrada en la cooperación en defensa y tecnologías avanzadas.
El respaldo a la estabilidad en el estrecho de Taiwán refleja una postura coherente con esta estrategia, ya que la seguridad en Asia Oriental tiene implicaciones directas en las rutas comerciales internacionales y en la economía global.
Analistas consideran que la reafirmación del Reino Unido también envía un mensaje de apoyo a sus socios regionales ante una China cada vez más asertiva. Asimismo, fortalece los vínculos transatlánticos, particularmente con Estados Unidos, actor clave en la región.
La respuesta china, hasta el momento, ha sido crítica. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha instado a Londres a “respetar los principios de soberanía e integridad territorial” y a “evitar interferencias en asuntos internos”.
Mientras tanto, Taiwán ha agradecido las declaraciones británicas, calificándolas como una muestra de solidaridad internacional con los valores democráticos y con el derecho de los pueblos a decidir su futuro de forma autónoma.
Así, la posición británica se consolida como parte de una estrategia más amplia que reconoce la importancia creciente de Asia-Pacífico en el equilibrio global y reafirma su compromiso con un orden internacional libre, abierto y estable.