‘Needle spiking’: Los ataques con jeringas que dejaron más de mil heridos en Francia

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Una peligrosa forma de agresión ha encendido las alarmas en conciertos, discotecas y espacios públicos de varios países: el needle spiking. 

Esta práctica consiste en pinchar a personas —generalmente mujeres— con jeringas hipodérmicas, presuntamente para inyectarles sustancias psicoactivas sin su consentimiento. Lo más inquietante es que el ataque suele ser imperceptible en el momento, y las víctimas se dan cuenta solo cuando comienzan a experimentar síntomas como mareo, confusión, visión borrosa o incluso desmayos.

El término needle spiking (en español, “pinchazo con aguja”) se usa para describir este tipo de agresión, que ha sido reportada principalmente en Reino Unido, Francia, Alemania y España, pero que también ha comenzado a aparecer en América Latina, principalmente en México. 

Según la prensa de este país americano, en Puebla se han reportado varios casos en transporte público y zonas universitarias, donde jóvenes mujeres relataron pinchazos seguidos de mareos o desmayos, aunque las autoridades no han identificado formalmente el fenómeno como needle spiking

En la Ciudad de México, desde marzo hasta abril de este año la Fiscalía investigó al menos nueve denuncias de presuntos pinchazos en el Metro y Metrobús; en un caso, al menos una persona fue llevada al hospital tras un piquete en la espalda que desencadenó somnolencia y confusión, información que fue difundida por el Diario de Yucatán.

En algunos casos, las jeringas podrían contener drogas como ketamina, GHB o benzodiacepinas, asociadas a la llamada sumisión química, utilizada para dejar a una persona indefensa y vulnerable a otros delitos, como robos o agresiones sexuales. Sin embargo, en muchos reportes no se logra confirmar la presencia de estas sustancias, ya sea porque se metabolizan rápidamente o porque el objetivo del atacante era solo intimidar.

Durante la reciente Fête de la Musique en Francia, celebrada el pasado fin de semana, se denunciaron al menos 145 casos de needle spiking y hubo alrededor de 1.500 heridos. Según informó The Guardian, muchas de las víctimas relataron haber sido pinchadas sin notarlo en medio de la multitud y luego sentirse mal en cuestión de minutos. 

Las autoridades francesas arrestaron a una docena de sospechosos y realizaron pruebas toxicológicas para verificar si se usaron sustancias como Rohypnol o GHB. Esta situación no solo puso en jaque a los operativos de seguridad, sino que reactivó el debate sobre la protección de las personas en eventos masivos.

​¿Cómo funcionan estas jeringas?

Las jeringas utilizadas en estos ataques suelen ser pequeñas, de uso médico, y pueden inyectar el contenido de una aguja en cuestión de segundos. Algunas tienen una longitud de entre 0.5 y 1.5 pulgadas (aproximadamente de 1.2 a 3.8 cm), lo suficiente para atravesar ropa delgada o piel expuesta. 

En un entorno ruidoso o lleno de gente, un pinchazo puede pasar desapercibido por completo. Eso complica identificar al agresor, actuar a tiempo o incluso tener pruebas del delito.

Needle spiking
Las agujas de las jeringas son lo suficientemente delgadas para que las personas no las sientan o crean que fue un piquete de insecto. ​

​¿Qué hago si creo que he sufrido de needle spiking?

Expertos en salud y seguridad recomiendan actuar con rapidez:

  • ​Buscar atención médica inmediata, idealmente en las primeras 2 a 6 horas tras el pinchazo, para realizar análisis toxicológicos que detecten sustancias antes de que desaparezcan del cuerpo.
  • Fotografiar cualquier marca sospechosa en la piel (como un pequeño punto rojo o moretón) y tomar nota del lugar, hora y circunstancias del posible ataque.
  • Notificar a la Policía y al personal del lugar donde ocurrió el hecho (bar, festival, transporte público).
  • Solicitar apoyo psicológico, ya que incluso si no se confirma una droga, el impacto emocional puede ser significativo.
  • Buscar cámaras de seguridad cercanas que puedan haber captado al agresor, si el incidente ocurrió en un espacio vigilado.

Además, colectivos feministas y expertos en seguridad aconsejan nunca minimizar estos episodios y denunciar cualquier sospecha, incluso si no hay certeza sobre lo que ocurrió. La denuncia y visibilización son claves para que las autoridades mejoren los protocolos de respuesta y prevención.

El needle spiking representa un nuevo reto para la seguridad pública, especialmente en un contexto donde las personas ya han tomado medidas para protegerse del clásico “dopaje en la bebida”. 

En Francia, este año han detenido a 371 personas por esta práctica, más de 80 casos solo en la capital francesa. 

Ante esto, se requiere una respuesta integral: más vigilancia, mejores protocolos de actuación en sitios de ocio, y un sistema de salud y justicia que tome en serio los testimonios de las víctimas.

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