Carney rechaza provocación de Trump sobre anexión de Canadá en tensa reunión bilateral

Washington — En un encuentro cargado de ironía y tensiones comerciales, el primer ministro canadiense Mark Carney cerró filas ante las insinuaciones del presidente estadounidense Donald Trump sobre una posible incorporación de Canadá como «estado 51», durante su reunión en la Casa Blanca.

Claves del enfrentamiento verbal

1. La provocación de Trump:

   • «Sería un matrimonio maravilloso… impuestos más bajos y nuestro ejército protegiéndolos», afirmó el mandatario estadounidense, reiterando una idea que planteó durante la campaña electoral canadiense.
   • Justificó su postura alegando que EE.UU. ya provee «defensa gratuita» a Canadá (en referencia al NORAD y la OTAN).

2. Respuesta directa de Carney:

   • «Como experto en bienes raíces, usted sabe que algunos lugares no están en venta. Buckingham Palace es uno… Canadá es otro», replicó el premier, comparando la soberanía nacional con patrimonios históricos intocables.
   • Subrayó que la relación debe basarse en «asociación, no absorción», citando logros del T-MEC.

Trasfondo: la guerra comercial no declarada

• Medidas agresivas: Trump reimpuso aranceles del 25% a sectores clave canadienses (acero, aluminio, automotriz), pese a ser socios del T-MEC.
• Tregua temporal: Algunas tarifas se pausaron hasta diciembre, mientras equipos negociadores buscan soluciones.

Próximo escenario: G7 en Alberta

Ambos líderes acordaron continuar el diálogo en la cumbre del G7 en Cananasquis (Alberta), donde el tema comercial dominará la agenda. Analistas prevén que:

• Canadá exigirá exenciones permanentes a los aranceles.
• EE.UU. presionará por mayor acceso a mercados lácteos y digitales.

Dato crucial: El 78% de las exportaciones canadienses van a EE.UU. (USD 460 mil millones anuales), lo que hace inviable una ruptura, pero refuerza la necesidad de firmeza diplomática.

«Es el juego de Trump: polarizar para negociar. Pero Ottawa no cruzará la línea roja de su soberanía» — Allison Lee, experta en comercio UE-CAN.

La visita dejó claro que, pese a la retórica amistosa, la relación bilateral sigue navegando en aguas turbulentas.