
San José, Costa Rica – En la tarde del 31 de enero de 2025, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chávez, anunció una serie de renuncias dentro de su gabinete ministerial, lo que ha generado una oleada de reacciones tanto en el ámbito político como en la ciudadanía.
Las renuncias incluyeron a figuras clave como Francisco Gamboa, exministro del Ministerio de Educación, y Ana Karina Müller, quien dejó su puesto al frente del Ministerio de Educación Pública. Ambos fueron reemplazados por José Leonardo Sánchez y otros funcionarios, quienes asumirán sus cargos a partir del lunes 3 de febrero.
El diputado Diego Vargas, del Partido Liberación Progresista (PLP), criticó duramente estos cambios, calificando la reestructuración como parte de una campaña política, lo cual, según él, no resolvía los problemas estructurales del país, como la educación, infraestructura y salud. Vargas afirmó que la salida de algunos ministros, en especial la de Müller, podría interpretarse como positiva, debido a su desempeño cuestionado en la cartera educativa. Sin embargo, también expresó su preocupación por la falta de soluciones concretas y la manipulación de recursos públicos para fines políticos.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue la despedida de Laura Fernández, exministra de la Presidencia, quien en su discurso expresó su agradecimiento al presidente y al pueblo costarricense por la oportunidad de servir al país. Fernández destacó los avances logrados durante la administración de Chávez, mencionando la reducción de la pobreza y el aumento de empleo, aunque reconoció que aún queda mucho por hacer.
Por su parte, Mauricio Batalla, exministro de Obras Públicas y Transportes, también se despidió de su cargo, subrayando los logros alcanzados en infraestructura, como la construcción de puentes y la mejora de carreteras en todo el país. Batalla destacó que la obra pública, especialmente en zonas como Guanacaste y la zona Sur, ha sido clave para el progreso y el bienestar de los costarricenses.
En cuanto a los nuevos nombramientos, la ministra Pilar Cisneros comentó que, aunque no se ha decidido aún quién liderará el futuro político de la administración, los nuevos jerarcas provienen de un grupo de funcionarios con experiencia en sus respectivos ministerios. Aseguró que la transición será fluida, sin necesidad de una curva de aprendizaje, ya que los nuevos ministros ya están familiarizados con los procedimientos.
Este cambio en el gabinete, aunque esperado, ha sembrado incertidumbre sobre los próximos pasos del gobierno y sobre las alianzas políticas que se forjarán de cara a las futuras elecciones. A medida que se aproxima la campaña presidencial, muchos observadores se preguntan si estas renuncias reflejan una nueva estrategia política o si son simplemente un movimiento táctico dentro del juego electoral que se avecina.