
Santa Ana, Costa Rica – Una intensa lluvia que azotó la tarde del jueves causó graves inundaciones en la comunidad de El Tajo, ubicada en Lindora, Santa Ana. Los residentes, que nunca habían enfrentado una tormenta de tal magnitud en los siete años que llevan viviendo en la zona, se vieron obligados a evacuar sus hogares y salvaguardar sus pertenencias.
La Comisión Nacional de Emergencias reportó 27 incidentes en total, con la mayoría concentrados en Santa Ana y Buenos Aires. Según el presidente de la Comisión, el desbordamiento de aguas y el colapso de alcantarillado se atribuyen a la acumulación de basura que ha obstruido las tuberías, agravando la situación durante las lluvias.
Algunos residentes, al ser entrevistados, expresaron su angustia y frustración. “Tuvimos que actuar rápidamente para salvar lo que pudiéramos. Perdimos casi todos los muebles de la cocina y electrodomésticos”, relató uno de los afectados, quien mostró el daño en su hogar, donde el agua alcanzó los 40 centímetros de altura.
Los vecinos de la zona han estado trabajando desde la mañana siguiente para limpiar el barro y el agua contaminada que inundó sus viviendas. “Es un golpe económico muy fuerte para nosotros”, comentó otro residente, quien destacó que la municipalidad no ha ofrecido soluciones inmediatas a la crisis.
A pesar de la llegada del alcalde y otros funcionarios, los residentes continúan buscando respuestas y una solución duradera al problema de las inundaciones, que podría repetirse si no se atiende el taponamiento de las cañerías.
Las autoridades meteorológicas advierten que se esperan más lluvias en el fin de semana, lo que mantiene en alerta a la comunidad. La situación en El Tajo refleja una creciente preocupación por la infraestructura y el manejo de desechos en áreas vulnerables durante la temporada de lluvias.
Los vecinos permanecen optimistas y están organizando esfuerzos comunitarios para abordar los desafíos inmediatos. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro de sus hogares y pertenencias pesa en el ambiente, mientras continúan trabajando arduamente para restablecer la normalidad en sus vidas.