El presidente ruso, Vladímir Putin, ha lanzado una amenaza directa a los países occidentales durante su discurso a la nación, afirmando que Rusia posee armas capaces de «destruir a la civilización».
Esta declaración se produce en medio del conflicto en Ucrania y tras la sugerencia del presidente francés, Emmanuel Macron, de enviar tropas europeas a la región.
Putin ha advertido que el despliegue de soldados occidentales en Ucrania sería «trágico» debido a las armas nucleares de Rusia. El líder ruso también ha criticado a los líderes occidentales, acusándolos de mentir sobre las intenciones de Rusia y desmintiendo planes de atacar Europa, aunque dejando claro la capacidad para hacerlo.
El discurso de Putin también ha enfatizado la importancia de una Rusia «soberana y fuerte» en el orden mundial, mientras critica los intentos de Occidente de arrastrar a Rusia a una nueva carrera armamentística. Putin ha destacado el compromiso de Rusia con la defensa de su soberanía y seguridad, así como el desarrollo de nuevos sistemas avanzados para la guerra.
Además, el presidente ruso ha rechazado posibles conversaciones con Estados Unidos, a excepción de aquellas relacionadas con la seguridad nacional de Rusia. En asuntos internos, ha expresado su enfoque en «mirar hacia el futuro» y resolver asuntos para el desarrollo del país, prometiendo centrar su política en la «agenda doméstica».
Es importante resaltar que estas palabras han sido pronunciadas en un momento crucial para Rusia, coincidiendo con la reciente victoria rusa en la ciudad ucraniana de Avdivka, el asesinato del opositor Alexéi Navalni y las próximas elecciones en el país.
Putin, quien lleva 24 años en el poder y busca la reelección, está fuertemente cuestionado por Occidente debido a la invasión a Ucrania y las críticas sobre la falta de democracia y la represión de opositores en Rusia. Estas acciones han llevado a las naciones europeas a condenar el régimen totalitario impuesto por el mandatario.
El discurso de Putin representa un desafío directo a los países occidentales y añade una capa adicional de tensión a la ya complicada situación geopolítica en Europa.