La primavera llega en silencio, y con ella, los cerezos comienzan a florecer. Desde las últimas flores en Hokkaidō hasta los primeros brotes en Kyūshū, todo Japón se viste de un suave color rosado, como si un filtro mágico cubriera el país entero.
En este 2025, las flores llegaron un poco antes de lo esperado, quizás por los cambios del clima. Eso hace que su belleza efímera se sienta aún más especial. En lugares como el Parque Ueno en Tokio, el Camino del Filósofo en Kioto o la Oficina de la Casa de la Moneda en Osaka, miles de personas se reúnen para contemplar el espectáculo natural. No es solo turismo: es un ritual, casi una ceremonia.
Familias, amigos y parejas extienden mantas, comparten comida, toman sake, y simplemente disfrutan el momento. Porque ver los cerezos en flor no se trata solo de tomar fotos, sino de vivir el presente. Dejarse llevar por la lluvia de pétalos y recordar lo frágil y hermosa que puede ser la vida.
Este año, te invitamos a ti también. Vení a Japón. No solo a ver flores, sino a reencontrarte con la calma, con la belleza, con vos mismo.
La primavera japonesa no es solo una estación. Es una poesía viva, escrita con pétalos que caen al viento.