Tribunal Penal de Cartago condena a Hugo Casasola a 79 años de prisión por violación y sustracción de menor

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Cartago, Costa Rica. — Este lunes, el Tribunal Penal de Cartago dictó sentencia contra Hugo Casasola, quien fue encontrado culpable de tres delitos de violación calificada y un delito de sustracción de persona menor de edad, en perjuicio de Keibril, una niña con discapacidad. Casasola fue condenado a un total de 79 años de prisión, una pena que fue ajustada al máximo permitido por la ley costarricense, 75 años, debido a las reglas sobre el concurso material de delitos.

Condena unánime

El juez Henry Segura leyó la sentencia en nombre del tribunal, destacando que la decisión fue unánime y que se imponían penas de 18 años de prisión por cada uno de los tres delitos de violación, sumando 54 años. Además, se le impuso 25 años de prisión por el delito de sustracción de la menor, lo que daba un total de 79 años de prisión. Sin embargo, debido a la normativa vigente, la pena final se ajustó a 75 años de prisión.

Reacción de la madre de la víctima

Durante la lectura de la sentencia, la madre de la víctima, Fabiola, se encontraba representada por su abogado, aunque no estuvo presente en la audiencia por motivos de seguridad. Fabiola había sido objeto de ataques en redes sociales y por parte de la opinión pública, lo que motivó su decisión de no asistir. A pesar de ello, estuvo al tanto de todos los detalles del proceso judicial.

El abogado defensor de la madre, quien también estuvo presente, expresó satisfacción con el veredicto, asegurando que era la pena máxima que se podía imponer. Sin embargo, hizo hincapié en que aún quedaba pendiente resolver el paradero de Keibril, cuya desaparición se mantiene sin respuesta. Además, señaló que se sigue investigando la posibilidad de que la niña haya fallecido, lo que podría desencadenar nuevas acciones judiciales.

Investigación paralela

El caso, que ha conmocionado a la sociedad costarricense, sigue siendo objeto de una investigación paralela para determinar el paradero de Keibril. La familia de la niña y su abogado han solicitado que el Ministerio Público continúe con una investigación exhaustiva que determine si la niña está viva o fallecida. En caso de que se confirme la muerte de la menor, se solicitarían nuevas medidas judiciales bajo el parámetro de homicidio.

Críticas a las instituciones de protección infantil

El fallo también ha reavivado el debate sobre la responsabilidad de las instituciones encargadas de la protección infantil. El Patronato Nacional de la Infancia (PANI), que tiene a Keibril bajo su tutela desde su desaparición, rechazó las críticas sobre su manejo del caso. Desde la institución se destacó la importancia de reflexionar sobre cómo el Estado y la sociedad deben mejorar la protección de los derechos de los menores de edad.

El director de PANI expresó que la sanción impuesta por el tribunal es un paso importante, pero que no restituye los años de abuso que sufrió la menor, y que sigue siendo necesario reflexionar sobre la protección de los derechos de los niños en Costa Rica. Además, resaltó que, como institución, estarán atentos a los próximos pasos legales, y afirmó que las autoridades se encargarán de transmitir el fallo judicial a Keibril de forma adecuada, con el apoyo de un equipo interdisciplinario.

La violencia sexual y el respeto a la infancia

Durante la cobertura de la sentencia, varios expertos en derechos humanos reiteraron la importancia de sensibilizar a la sociedad sobre la violencia sexual hacia menores de edad. Afirmaron que no debe haber tolerancia en la normalización de relaciones sexuales entre adultos y menores, sin importar el contexto, y que es fundamental educar a la población en la protección y el respeto por los derechos de la infancia.

El caso también subraya la importancia de actuar con rapidez en estos procesos judiciales y de ofrecer a las víctimas el apoyo necesario para su rehabilitación.

Un caso que sigue generando preocupación

Este juicio, que ha seguido un proceso largo y cargado de emociones, representa no solo una condena a un individuo por actos terribles, sino también un llamado a la sociedad costarricense para reforzar las medidas de protección y prevenir que casos similares se repitan. La justicia, aunque llega tarde para Keibril, es una luz de esperanza para las futuras víctimas de abuso.


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